Podemos hablar del paisaje dentro de esta autora de distintas maneras, desde lo más extraño, fántastico, hasta lo más insignificante o simple. En cuanto a su cuento Pájaros en la boca, podemos observar en un primer momento elementos del paisaje con los pájaros que se come la niña del cuento, hecho por el que ambos padres están muy preocupados, pues... ¿qué hija come pájaros?.
El pájaro es un símbolo de la naturaleza, y además suele aparecen como metáfora que representa la libertad. A la niña le apasiona comer pájaros, y si no lo hace su estado de ánimo cambia totalmente, pues se siente angustiada, desanimada, como si no pudiese ser feliz, como si su libertad, la libertad de poder ser como quiere o como mejor se siente dependiera de comer pájaros.
Este paisaje, aparece en este cuento de Samanta Schweblin de una manera extraña, dentro de un mundo fantástico, y además, aparece el concepto de paisaje simbolizado por el pájaro, el cual tiene un papel clave para el cuento, desde que empieza hasta que se termina. Es desagradable para sus padres, y para nosotros los lectores hacernos la idea de que alguien puede comer pájaros crudos y con huesos, pero posteriormente a lo largo del cuento ese concepto de "comer pájaros" lo vamos normalizando cada vez más, pues el espacio que envuelve este cuento, es decir, el pájaro, su jaula, la casa donde habita, todo ese conjunto de elementos de la naturaleza, del mundo cotidiano, tiene su significado, lo tiene para la niña, que se come los pájaros por algún motivo (aunque no lo supamos), y lo tiene para nosotros, pues nunca pensaríamos que comer pájaros pudiese ser tan real como en este cuento, que este símbolo tan bonito de la naturaleza se convirtiese en algo tan desagradable.
Sara, no come ningún tipo de alimento que no sean pájaros vivos, porque ahí es donde aparece lo anormal, en que están vivos. Podemos ver, como tanto su personalidad como sus actitudes son débiles, como sí solo ella supiese que es lo que le ocurre, el por qué tiene esa necesidad por alimentarse simplemente de pájaros.
Este personaje, el de Sara lo podemos ver relacionado con esa naturaleza mediante el pájaro, un amor por la naturaleza, o mejor dicho una necesidad, pero no dentro de la teoría que tenemos nosotros de amor o necesidad por esa naturaleza, en nuestro caso, tendríamos al pajarito en su jaula y lo cuidaríamos hasta el fin de sus días, pero en el caso de Sara, ella prefiere devorarlos a cada rato, porque eso es lo que le da vida, lo que la hace poder seguir, ya que desde el momento que su padre decide quitarle su alimento, los pájaros, el estado de ánimo de la niña cambia por completo de forma negativa.
Además, podemos ver la aparición de hechos de carácter extraño que afectan a la vida cotidiana de los personajes, pues aunque en un primer momento se nos muestra un ambiente normal, con unos padres que están separados, unas situaciones totalmente comunes para cualquiera de nosotros, y estemos metidos en la lectura de un cuento con un paisaje totalmente peculiar, de repente se nos presenta a una niña guapa y joven comiendo criaturas vivas, y esto le da un giro dramático tanto al cuento, como al paisaje, al ambiente, a esa naturaleza que lo envuelve.
Es interesante ver como estos personajes que en un primer momento tienen una vida cotidiana muy normal, ambientada en un entorno natural, de repente se empiezan a sentir afectados por ese hecho tan repugnante y a la vez tan fantástico, por ese problema que tiene su hija, pues pasamos de tener un espacio totalmente habitual, a tener un ambiente totalmente raro, tanto para los personajes, como para nosotros, los lectores, ya que se trata de un asunto que no suele formar parte de cualquier vida cotidiana.
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